lunes, 19 de febrero de 2018

Sobre la tendencia a clasificarnos en grupos


Cuando he tenido que llenar encuestas y formularios oficiales, he rehusado dejar que las burocracias del estado me clasifiquen en sus múltiples dimensiones. No quiero pertenecer a ningún grupo racial, ni religioso, no quiero que me clasifiquen por mi sexo, ni tampoco porque me gustan las mujeres o los hombres, o que si mi idioma original era el castellano, ni quiero que me pregunten si soy miembro de este o aquel partido. Si no me dejan una casilla en blanco les tacho el None, y les pongo "human". 

Y no creo que se justifique crear clases especiales de gente que reciben cuotas o se les tiene que subir el sueldo. Eso se resuelve de manera individual, sin meter gente en un grupo, sin discriminar, y recordando que es un error enorme permitir que un gobierno nos pegue etiquetas, porque algún día ese gobierno tan amistoso puede ponerse rabioso, ponerte una estrella o un uniforme de preso, y enviarte a un campo de concentración, un gulag, o la circulares modelo de Fidel Castro.