El título
del artículo, si lo quieren leer en ingles, es “Supreme Court OKs $222K Verdict
for Sharing 22 Songs”.
El caso
legal se llama “Jammie Thomas-Rasset v. Capitol Records Inc. et al”.
Thomas-Rasset apeló a la Corte Suprema porque consideraba que pagar $222 mil
dólares por descargar 24 canciones es absurdo.
Yo estoy de acuerdo con la mujer. No creo que descargar música de gratis
es sano, pero tampoco creo que sea justo obligarla a que pague $9250 por
canción. No estoy solo en pensar esto. Una de las cortes que vio el caso
mencionó en su decisión (que fue apelada por las disqueras) que la decisión previa de
la corte inferior era “monstruosa”.
De acuerdo
con lo que he leido, las cortes
estadounidenses están obligadas por la ley a considerar todos los daños que
descargas ilegales pueden causar y no
solamente los causados por la descarga ilegal de una sola persona. Esto quiere
decir que aquellas personas que las disqueras eligen para ser enjuiciadas son
victimas ejemplares. La estrategia es escoger individuos, perseguirlos aunque
el caso legal les cueste millones de dólares, y arruinarlos para que el público en general
aprenda la lección y no se atrevan a meterse con Hollywood.
No entiendo
bien cómo funcionan las cosas en Europa, en Latinoamérica, China, y otros
lugares donde tengo lectores. Pero todo
el mundo habla de descargas sin pagar, y hoy día están cambiando las leyes en
muchos países para evitar que esto
ocurra. Si dejan que la los abogados de la industria escriban las leyes que prohíban esto, puede ser que en el
futuro ocurran abusos monstruosos como
en el caso de Thomas-Rasset.
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