Esto pasó porque mi amigo Bill Fisher, un hombre extremadamente
bondadoso y de gran corazón, trató de ayudar al pingüino. En aquella época Bill
y yo vivíamos en Argentina. Bill vivía en la provincia de Chubut, en la
Patagonia. El solía caminar por la
playa, que normalmente estaba desierta porque el agua estaba casi congelada, y soplaba
un viento muy fuerte que arrastraba mucho polvo y arena. Yo había vivido en el
mismo lugar, pero había tenido la suerte de ascender al cielo de los
argentinos, lo que ellos llaman Buenos Aires, y solamente visitaba a Bill de
vez en cuando.
Un día Bill
estaba caminando por la playa y se encontró un pingüino cubierto de petróleo.
Esto era el resultado de una coincidencia extraordinaria, pues normalmente el petróleo
que derramaba la empresa petrolera estatal (YPF) lo hacía en Caleta Córdoba, y
casi nadie se trasladaba a ese lugar precisamente porque se veía muy feo. Pero
a veces el petróleo derramado llegaba más lejos. Tampoco podemos decir que la
playa donde él visitaba se llenaba de pingüinos.
Ellos venían de la Antártica a visitar parte del año, pero normalmente iban más
al norte. Por lo tanto ese pobre pingüino era un caso raro. Creo que iba de
paso cuando se metió en un derrame de petróleo que flotaba en el mar, o había decidido
descansar en la playa de Bill cuando esta se había manchado con petróleo.
El caso es
que Bill se encontró al pobre pájaro en malas condiciones, lo envolvió en una
toalla y se lo llevó a su casa.
Bill era un
ingeniero estupendo, muy práctico (digo era porque me imagino que estará retirado
hoy día, perdí contacto con él hace unos 15 años). Pero él no era experto en la
limpieza de pájaros cubiertos de petróleo. Esto me lo confesó más tarde cuando
me hizo el cuento de lo que le ocurrió ese día:
Bill tomó
el pingüino y lo puso en la tina, y procedió a limpiar el petróleo con un líquido
solvente. Creo que utilizó gasolina o kerosén, no me acuerdo. Eso dejó al pingüino
bien limpio pero empapado en un líquido inflamable. Y ahora viene la parte fea.
Si Ud. es menor de edad o tiene el estomago débil deje de leer esto.
En aquella época,
en el sur de Argentina hacia mucho frio casi todo el tiempo. La calefacción se
realizaba con quemadores de gas natural con llama abierta, algo así:
Estos
quemadores estaban ubicados en varios puntos de las residencias. A mí me parecía
un sistema bastante tonto, pero quien iba a decirle a los argentinos que habían
mejores soluciones (aunque no se lo crean, los argentinos son muy orgullosos).
Bill llevó
a cabo la limpieza cabalmente, y el pingüino se veía muy bien, pero todavía tenía
que limpiarlo por segunda vez, porque había quedado empapado en gasolina. Y aquí
es donde le fue mal el asunto. Cuando Bill se descuidó, el pingüino saltó de la
tina, y salió corriendo hacia el pasillo, donde estaba ubicado uno de esos
quemadores de gas natural con la llama encendida.
El pingüino
empezó a sacudirse para secarse (algo así como hace un perro después de un baño),
y una nube de gotas de gasolina saltó del pingüino, y tocó la llama del
quemador. Bill había salido persiguiendo al pingüino y estaba a punto de
agarrarlo, cuando la gasolina que había tocado el quemador se encendió, y la
llama procedió por el aire hasta el pingüino, y después saltó del pingüino a
las manos de Bill, que todavía estaban mojadas con gasolina.
El día
siguiente me encontré con Bill en la oficina. El pobre hombre tenía la cara muy
triste y ambas manos vendadas.
Bill me contó muy
contrito que el pingüino se había incinerado totalmente, y que las llamas que
saltaron desde el pingüino hacia él le habían quemado las manos. Añadió que tuvo
mucha suerte porque se le podía haber quemado el apartamento, y su esposa
estaba enfadadísima con él.
Hoy he
escrito sobre esto porque estaba pensando en todas esas ocasiones cuando las
personas, o los países, tratan de ayudar a alguien o remediar algo, y los
resultados no son lo que se esperaba. Bill era (o es) un hombre muy bueno, y no
creo que se mereciera quemarse las manos por tratar de ayudar al pobre pingüino.
Pero a veces pasan cosas muy malas cuando gente muy buena trata de ayudar a otros.
First of all, let me apologise for writing in English, but my Spanish is just too rusty and I would embarrass myself here trying to write in this language just yet.
ResponderEliminar"Estos quemadores estaban ubicados en varios puntos de las residencias. A mí me parecía un sistema bastante tonto, pero quien iba a decirle a los argentinos que habían mejores soluciones (aunque no se lo crean, los argentinos son muy orgullosos)."
In Portugal it's still very common to use a gas cylinder with a heater attached like this: http://www.flogas.co.uk/prod/123/superser-f150-winter-heater-package
And people sleep with those things inside their bedrooms! For a Brazilian like myself (not used to those things) the feeling was the same as sleeping inside an Auschwitz gas chamber. "Or this shit exlodes or I am going to die suffocated or poisoned.", I would think.
And I'm sorry about the "pobre pingüino que murió quemado en el sur de la Argentina"... What a sad story. I'm certain that YPF would spill less oil if they had more help from other private multinationals. Governments simply don't know how to properly run companies. The sad thing about wrong ideologies being put into practice is that they very often hurt animals, children, the physically disabled and the elderly. The most vulnerable are always the ones who suffer the most. They simply can't scape.
Have a nice Sunday, Fernando.