Lo primero
que se me ocurrió en el sueño fue tener pensamientos malvados. Eso me llevó a
leer propaganda israelí. Como todos
sabemos los israelíes son muy inteligentes, y se pasan todo el tiempo describiendo
los planes de Irán para atacar a Israel. Ellos han escrito miles de artículos con diagramas y mapas que describen
como Israel puede ser atacado por Irán:
Lo que más
me gustó de este mapa fue la distancia entre Irán e Israel. Aproximadamente
1000 km a vuelo de pájaro, y solamente tendríamos que volar sobre Iraq y
Cisjordania.
Al
principio pensé que lo único que necesitaba era una flota de misiles armados con
bombas atómicas para aniquilar al infiel zionista. Pero después me encontré un artículo
en una página web israelí donde describían un plan de Estados Unidos para bombardearnos (recuerden en el sueño yo
era el Gran Ayatola) utilizando todo
tipo de armas, incluyendo el bombardero B1 en esta foto:
El artículo
me convenció: tenía que eliminar a los Estados Unidos también, y tenía que
hacerlo antes de atacar a Israel. Y como los Estados Unidos son miembros de la
OTAN, tendría que atacar una lista de países bastante larga. Vi que era importantísimo atacarlos a todos al
mismo tiempo.
En la vida
real esto sería bastante difícil. No sería posible que el Gran Ayatola
imaginase un plan para atacar a Israel, Estados Unidos, el Reino Unido,
Francia, Alemania, y los demás paises todos al mismo tiempo. Si atacaba sin fuerza y
no los eliminaba a todos al mismo tiempo, me la pagarían de vuelta e Irán seria
convertido en una llanura de vidrio radioactivo.
Menos mal
que el mío era un sueño megalománico. Monté una campaña
que convenció a los Estados Unidos a rendirme pleitesía. Para hacerlo les envié un virus por la internet que hacía
que vieran mi foto por todos lados leyendo el Corán. En mi sueño era natural
que cuando me vieran con mi turbante leyendo el Corán se metieran a musulmanes chiitas.
El resto
fue fácil. Con los Estados Unidos en mi bolsillo, los europeos se rindieron inmediatamente
y empezaron a construir mis estatuas por todos lados. Israel, al ver que yo controlaba las palancas,
se rindió. Después tuve una gira triunfal, que terminó en el
Estadio de Wembley donde toqué mi kamancheh en frente de tres cientos mil fanáticos.
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