lunes, 25 de febrero de 2013

El vivo en el piso 9

Tengo un vecino que vive en el piso 9. Hace unos años lo conocí cuando vino a visitar a mi amigo el  general retirado que vive en el piso 7.  


El hombre era un  gordo de aspecto simpático, medio calvo,  y llevaba un rolex enorme. El día que lo conocí almorzamos juntos en la suite del general. El gordo  hablaba de si mismo  constantemente, nos contó sobre la diarrea que había tenido en la boda de su hija, que admiraba a Idi Amin,   que sus lista de amigos era enorme, y así.

Lo vi varias veces después, siempre dando su discurso. Una vez nos invitaron a jugar dominó y nos describió la empresa que había fundado con unos amigos.  Esta empresa era bastante grande,  tenia ganancias enormes, pero él se quejó mucho ese día…y nos contó varias cosas que me dieron a entender que tenía muchos problemas. Por ejemplo, los gerentes  no sabían cómo terminar las cosas a tiempo (“solamente saben hacer maquetas”), el departamento de seguridad estaba preocupado porque alguien estaba robando, y los libros de contaduría eran una patraña.  

Oyendo todo esto me  di cuenta que el  problema más serio que tenia  era el gerente de finanzas. A ese señor se le había ocurrido aumentar las ventas reduciendo los precios por debajo de lo que costaban los productos. Así que habían estado vendiendo pollo, aceite, etc. con  perdidas. Es más,  al ver que cada unidad que vendían creaba perdidas, los encargados de cada departamento habían reducido las compras, y gradualmente se les habían vaciado las tiendas.  

El gordo no entendía que el problema era bastante básico: el negocio no funcionaba si no ganaba algo de vez en cuando. Pero al decirle que debía despedir al gerente de finanzas se enfadó y nos dijo que los botaría a todos si pudiera,  incluyendo al nuero. Pero eran muy leales, y no conocía a nadie de confianza que no tuviera serias deficiencias.

A medida que pasó el tiempo me convencí de que  la empresa del gordo se iba a pique. Pero de alguna manera se las arreglaba, porque cargaba trajes cada vez más caros. También iba y venía en un Mercedes Benz enorme. 

El general retirado me dijo que él se había metido en la empresa por un tiempo, entusiasmado por los trajes y el rolex del gordo. Pronto se dio cuenta que el personaje  era un vivo y se quedaba con la mayor parte de las ganancias, y el resto se lo gastaba en viajes y regalos para los amigotes que tenia por todos lados. El gordo se había metido con un chino prestamista, y el negocio lo tenía bastante agobiado porque eventualmente el chino iba a cobrarle intereses, y no sabía de dónde iba a sacar el dinero para pagar.

El general, disgustado con todo esto,  había renunciado y   se mudó a nuestro edificio porque necesitaba tranquilidad. Como al susodicho le gustaba que los amigos fueran leales y se quedaran con él a toda costa, mi amigo había  fingido estar enfermo.  El general estaba asustado, sabía que  la empresa del gordo era una ruina, y no quería estar allí cuando el prestamista chino enviara a su gente a cobrar.

El caso es que hace unos meses el gordo nos dijo que se iba de viaje para visitar un spa recomendado por un amigo suyo. Nos confesó que no estaba bien de salud, que le picaba mucho el trasero y pensaba que tenía hemorroides, pero no quería operarse porque temía que se enteraran de su problema.

Parece ser que en este spa tenían una cura natural orgánica que le inyectaban por detrás en cantidades enormes. Cuando el gordo se fue, el general retirado me miró con la cara rara y comentó que probablemente no veríamos mas al gordo, porque si de verdad tenia hemorroides y le iban a dar esa cura, por vivo que fuera  lo iban a matar.   

A mí me pareció que estaba exagerando. Pero hace unos días me informó el conserje que el gordo estaba de vuelta y se había mudado al piso 9. Parece ser que la cura natural no funcionó, lo rellenaron de mierda orgánica y ahora tiene unas complicaciones que lo han dejado sin poder hablar. Y no puede ver a nadie.

Ese señor era un vivo,  se la pasaba todo el tiempo hablando, y parecía ser feliz, pero debe estar muy deprimido. Ahora entiende que la vida no perdona al que se mete en cosas que no sabe hacer. Y para colmo está encerrado en el piso nueve y una pandilla  de corruptos incompetentes se ha apoderado de su empresa, y se la van a terminar de joder.

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